Acueducto II

La capital y el estado de Querétaro se han convertido en unos de los destinos privilegiados para vivir dentro de territorio mexicano, actualmente cuenta con la tasa anual de crecimiento más alta del país, un creciente índice de desarrollo industrial y un acelerado desarrollo empresarial. Se proyecta que para el año 2030 la capital y zona conurbada crecerán  a más de 1 millón 500 mil habitantes, panorama que hizo evidente la necesidad de poseer más y mejores servicios básicos para atender a las generaciones futuras.

Ante esta situación, fue preciso pensar en poseer una infraestructura hidráulica que garantizara el abastecimiento de agua a corto, mediano y largo plazo de Querétaro, modificando el esquema de sobreexplotación y convirtiéndole en uno integral, moderno y sustentable, como lo es actualmente Acueducto II.

El contrato es del tipo BOT (Building, Operate and Transfer) y es la primera obra de infraestructura de esta naturaleza que se construye en México bajo este esquema, la prestación de servicios abarca la elaboración del proyecto ejecutivo, construcción, equipamiento electromecánico, pruebas e inicio de operaciones; una planta potabilizadora, obras de almacenamiento y conservación. Un sistema simple en apariencia pero que es en realidad una vanguardista obra de ingeniería donde no hay espacio para errores que dará sustentabilidad al suministro de agua potable durante los próximos 30 años, permitiendo la estabilización del acuífero del Valle de Querétaro y favoreciendo el crecimiento de otros polos de desarrollo.

Acueducto II es el proyecto de agua más grande del estado de Querétaro  desde que se construyera el original en 1738. A través de 123 kilómetros de acueducto se transporta agua potable de noroeste a suroeste, atravesando el río Pánuco y la cuenca Lerma – Chapala, para abastecer con agua limpia en cantidad y calidad suficientes a más de 900 mil habitantes.

Hablar de Acueducto II es referirnos a un sistema hidráulico complejo, implica transferir los recursos hídricos necesarios con la máxima eficiencia en conducción y uso de energía; respetando el medio ambiente; salvaguardando el bienestar de la sociedad e incorporando  las más modernas tecnologías existentes en el mercado, todo, con el mínimo coste de operación posible.